Reciclado, reciclable, contenedor amarillo, contenedor verde... ¡la clasificación de los residuos es todo un reto para los concienciados con el medioambiente! Pero la economía circular y el final de la vida útil de nuestros productos favoritos están en el centro de los esfuerzos medioambientales más importantes. He aquí una pequeña guía que te ayudará a entenderlo.
Todos nos hemos enfrentado al mismo problema: nuestra buena voluntad para clasificar mejor y ayudar a reciclar recibe un golpe en cuanto nos ponemos delante del contenedor, con la mirada perdida entre las siglas, con un sudor frío ante la idea de colapsar toda una cadena solo por tomar la decisión equivocada. Porque sí, todo parece muy complicado. Tanto es así que solo un porcentaje muy pequeño de los materiales que podrían reciclarse ¡realmente se reciclan! Pero calma, ¡el futuro de nuestros residuos colectivos no solo descansa sobre tus hombros!
Aunque la diferencia entre reciclable y reciclado sigue siendo tan grande, se debe a que existe una brecha entre ambos causada por tres factores: el diseño de los envases, que a menudo mezclan varios materiales que pueden reciclarse individualmente, pero cuya combinación hace que el producto acabado no sea apto para el reciclado; el desarrollo de cadenas que luchan por alcanzar el ritmo de producción de envases; y, por último, la información al consumidor, que a menudo no es muy clara y nos impide realizar una clasificación eficiente.
- Puedes ir un paso por delante:
Eligiendo envases reciclados, es decir, envases para los que la buena acción ya está hecha, puesto que han sido diseñados con un determinado porcentaje de materiales reciclados.
- Comprender y utilizar los logotipos:
En tu poder como consumidor, puedes elegir productos con envases reciclables con los que sepas qué hacer. Las claras instrucciones de clasificación en el reverso, por ejemplo, gracias al símbolo Triman, que se normalizará a partir del 1 de enero de 2022, especifican qué artículo va dónde.
- Diseño ecológico:
Puedes elegir productos ecodiseñados, es decir, productos con envases específicamente diseñados para ser reciclados. Es el caso de los productos de Klorane, que ofrecemos cada vez más con envases reciclados. El Índice de Impacto Ecológico de Pierre Fabre, con su clasificación ABCD de fácil lectura, te da una idea precisa del impacto medioambiental del producto, desde la biodegradabilidad de su fórmula hasta la vida útil de su envase.
- ¿El objetivo? Cero residuos:
Por último, no olvides que el mejor residuo es el que no se produce, así que adopta hábitos de consumo responsables limitando los envases innecesarios y favoreciendo las opciones reutilizables siempre que sea posible.
