Lo que amenaza la vitalidad de tu cabello
El tiempo es el principal enemigo: con la edad, el buen funcionamiento del ciclo capilar se interrumpe.
El 85 % de nuestro cabello está en fase anágena (fase de crecimiento). Durante esta etapa, el cabello está vivo. El aumento de la queratina que constituye su fibra capilar es constante, y la raíz del pelo está anclada. A medida que envejecemos, la fase de crecimiento se acorta y los folículos pilosos empiezan a producir un pelo más fino, menos denso y menos visible. Esto provoca la caída del cabello cuando la fase anágena se detiene por completo. Los hombres son más propensos a sufrir calvicie, mientras que las mujeres son más propensas a la pérdida de densidad capilar.
Las necesidades específicas del cabello envejecido
Dale a tu cabello un pequeño impulso para fortalecerlo.
En el caso de la caída del cabello o de la pérdida de densidad, debemos actuar sobre el ciclo capilar para alargarlo o, al menos, evitar que desaparezca por completo. Tanto si la caída del cabello es reactiva como si es progresiva, hay que intentar estimular de nuevo el crecimiento y fortalecer el cabello. Si, por el contrario, la pérdida de densidad es muy aguda, necesitarás una solución antiedad adecuada que redensifique la fibra capilar y aporte volumen, grosor y textura. En cualquier caso, necesitarás un tratamiento específico adaptado a las necesidades de tu cabello y que lo proteja de las agresiones externas (contaminación, calor excesivo, tintes agresivos, etc.) para no agravar su estado, así como para fortalecerlo.