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socióloga, activista, inquieta

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papá, amo de casa, emprendedor

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mamá, emprendedora

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periodista, modelo, coach


RELAJÁ TU PELO
Frente a episodios de estrés, el pelo puede debilitarse y caerse más de lo normal. Conocé cómo las emociones afectan la salud capilar, y algunos tips para revertir esta situación.
Sí, el pelo se cae. Esto es más natural de lo que pensamos. Y si estamos nerviosos, cansados o ansiosos, es posible que el cuadro se agrave. ¿Por qué sucede así?
Porque el estrés se da cuando las demandas externas o internas, son mayores a lo que podemos afrontar. Y si esto se mantiene en el tiempo, se produce tal desgaste en el organismo, que el mismo activa un modo de supervivencia que evita gastar recursos en funciones que no son vitales: como el crecimiento del pelo o de las uñas. Por eso es tan importante saber leer las señales del cuerpo, cuando avisa que el ritmo que llevamos es excesivo.
Este tipo de caída de pelo -que deriva del estrés-, se llama efluvio telógeno (o alopecia emocional), y también puede darse si dormimos mal, llevamos una mala alimentación, padecemos algún desequilibrio hormonal, o en situaciones especiales como la pandemia que estamos atravesando. ¿Qué hábitos podemos sumar para darle calma a nuestra vida, y a nuestra melena?
Dormir ocho horas diarias potencia la salud y también la belleza del pelo. Un té de hierbas + la desconexión a las pantallas dos horas antes de acostarnos, ayudan a tener un sueño profundo.
Los ejercicios de relajación/meditación aumentan el bienestar físico y mental.
Los masajes capilares tienen un efecto sedante y descontracturante. Pero además mejoran la penetración de los principios activos que contienen los productos capilares. El tip: apoyar la yema de los dedos en el cuero cabelludo, y realizar círculos para movilizarlo y distenderlo (durante 10 segundos en forma ascendente).
Lavar el cabello con un shampoo indicado y utilizar un acondicionador o bálsamo acorde a la necesidad del mismo.
Debemos tener presente que hay situaciones estresantes que son pasajeras. Y que cuando la tensión se normalice, el pelo volverá a crecer con normalidad. Si logramos naturalizar la caída del pelo, podremos ocuparnos. Y entender -cada vez más- que ninguna mirada debería ser más amorosa con nuestras características físicas que la propia.
#NaturalicemosLaCaida
Fuente consultada: Adrián Acuña, tricólogo. Director del Instituto del Cabello y Presidente del Grupo Latinoamericano de Tricología. IG: @adriantricologo
Claudina Kutnowski. Psicóloga. IG: @cambiolaboral
¡AL PELO!
La caída del pelo después del parto es de lo más común, debido a los cambios hormonales que atraviesa el cuerpo. ¡Pero tranquila, después crece! Seguí estos consejos.
Una de las preocupaciones de las mamás recientes, tiene que ver con la caída del cabello. Algo totalmente natural, que se acomoda cuando menos lo imaginamos. Hablamos con Dani Cimma, puericultora y mamá, para que nos cuente qué cambios notó en el pelo después de dar a luz, y cómo acompaña a las mamás que están en su misma situación.
Dani, ¿Cómo fue tu experiencia con la caída del pelo y la maternidad?
En mis experiencias con la maternidad, y también en las mujeres que acompaño, las modificaciones en relación al cabello empiezan en el embarazo. Los cambios hormonales durante la gestación suelen impactar positivamente en el cabello: el pelo crece mucho y está bello (se mantiene en su fase de crecimiento durante el embarazo por causas hormonales). En mi caso sucedió así también, durante el embrazo gocé de una “hermosa melena”: la tenía brillosa y abundante, con mucho volumen.
¿Y qué pasó en el post-parto?
Justamente al nacer el bebé, los nuevos cambios hormonales suelen dar lugar a una pérdida abundante de cabello, mucho más de lo habitual. Podríamos decir que se cae todo el cabello que no se perdió durante el embarazo. Pero se trata de algo completamente normal y esperable. Suele notarse luego del primer mes de nacido el bebé, y regularizarse alrededor del sexto mes post parto.
¿La lactancia influye?
La caída es esperable, normal, y no está directamente relacionada con la lactancia sino con los cambios hormonales propios del embarazo y del puerperio.
¿Te afectó emocionalmente?
Con mi primera hija me afectó mucho. Porque realmente se me cayó de un modo impactante. Ella nació prematura y estuvo internada en neonatología varias semanas por lo que a la cuestión hormonal se sumó el estrés vivido, y por eso posiblemente la caída fue mayor. Hoy atravieso el tercer mes de mi segundo puerperio, y si bien noto claramente la caída, estoy muy tranquila. ¡El pelo crece! Así que lo tomo de un modo muy diferente.
¿Qué haces para tratarlo?
Me lo corté un poco para que esté cuidado, y lo cuido con productos con keratina.
¿Qué consejo le darías a otra mamá que esté en tu situación?
Que sepan que es algo normal y no se ofusquen. Debemos sacar el tema de nuestros pensamientos, usar lindas colitas de pelo y vinchas, o atarnos el típico rodete maternal con un bello lazo. ¡Y sumar lápiz labial! Pongamos el foco en otro lado que nos genere más alegría. ¡Es un tiempo!
¿Qué es lo que más escuchás en las consultas de mamás a las que atendés?
“Tengo miedo de quedarme pelada” es una frase que escucho mucho. Y el problema es por falta de información. Siempre les digo que por más abundante que sea la caída, deben saber que no genera calvicie. Es un fenómeno normal y momentáneo, y no hay que darle tanta trascendencia.
#NaturalicemosLaCaida
Fuente consultada: Dani Cimma, puericultora. IG: @danicimma_lactancia
QUE NO SE CAIGA
La caída de cabello crónica existe. Y si bien no se puede prevenir, sí podemos tener en cuenta algunas señales para tratarla a tiempo.
La caída del cabello es un proceso natural, que afecta tanto a hombres como a mujeres. Y mientras haya un equilibrio entre el pelo que se cae y el que nace, la pérdida se compensa como parte del ciclo vital capilar. Pero ¿Qué pasa si este ciclo se rompe? Se genera crecimiento más lento, espesor más fino, o caída anormal del pelo.
En muchos casos, este “síntoma” responde al estrés, la mala alimentación, determinados medicamentos, enfermedades, o desórdenes hormonales, y es lo que se conoce como “caída reaccional” (que se da mayormente en mujeres, y se resuelve corrigiendo la causa que lo originó). Pero otras veces, puede tratarse de un tema crónico, donde su causa más común es el factor hereditario y hormonal. Es lo que se llama caída “androgenética”.
En general, este último tipo de caída afecta a más del 45 por ciento de los hombres, y a las mujeres después de los 70 años. ¿A qué señales estar atentos? Cuando la pérdida es de más de 100 cabellos al día, cuando la textura capilar en la parte superior de la cabeza es más fina que en la parte inferior, cuando al mirarnos al espejo se trasluce el cuero cabelludo, o cuando quedan cabellos en la almohada y ropa. Aquí hay que hacer la consulta.
La buena noticia es que hoy existen medicamentos tópicos, sistémicos y antioxidantes que nos pueden ayudar (consultando siempre antes con un dermatólogo o tricólogo). Y también, una serie de tips para el cuidado capilar. Tomá nota:
Mantener el cuero cabelludo en óptimas condiciones (libre de caspa y seborrea). Esto le proporciona al pelo un ambiente saludable para su crecimiento.
Al secarse, no estrujar ni refregar el cabello con la toalla.
Evitar tratamientos estéticos que sean traumáticos para el pelo (planchitas - decoloraciones - tinturas), y peinados que traccionen y produzcan tirantez en el cabello.
Sumar shampoos y acondicionadores con activos estimulantes y antioxidantes como la quinina, cafeína, ginseng, biotina, cistina, vitamina C, entre otros.
Llevar una alimentación sana, con un aporte equilibrado de proteínas (aminoácidos), carbohidratos, grasas, agua, fibra, y una serie de vitaminas y minerales (oligoelementos).
Establecer rutinas de control del estrés.
#NaturalicemosLaCaida
Fuente consultada: Adrián Acuña, tricólogo. Director del Instituto del Cabello. Presidente del Grupo Latinoamericano de Tricología. IG: @adriantricologo
SOMOS LO QUE COMEMOS
Una alimentación desequilibrada, también puede afectar la salud capilar. Qué alimentos sumar para fortalecer el cabello.
“Que tu medicina sea tu alimento, y el alimento tu medicina”. Esta frase célebre de Hipócrates, padre de la medicina, cada día está más vigente. Es que ya no hay dudas: nuestra salud, y por ende la del pelo, dependen en gran parte de cómo nos alimentamos. Porque la comida es información pura para el cuerpo. Entonces, si la alimentación que llevamos es desequilibrada, esto va a repercutir en nuestro bienestar.
Del alimento que ingerimos a diario, la sangre obtiene y transporta los elementos nutritivos esenciales y el oxígeno que necesitan todas las células para poder vivir. Por eso, si las células capilares no son bien alimentadas, es difícil que puedan generar un cabello sano y fuerte. Y si bien todos los nutrientes son necesarios, para el pelo son especialmente importantes:
Omega 3: como las semillas de lino o de chía
Proteínas: alimentos ricos en proteína como legumbres, frutos secos, pescados, huevo, carne. Las proteínas están compuestas por aminoácidos como la queratina, que protegen y fortalecen las hebras del cabello.
Vitamina A y Betacarotenos: se encuentran en la zanahoria, las verduras en general y la mayoría de vegetales de color amarillo o naranja.
Hierro: presente en las semillas de sésamo, en las legumbres (como los garbanzos o las lentejas) y en las carnes.
Zinc: ayuda a evitar la caída del pelo. Se encuentra en las semillas de calabaza, garbanzos, frutos secos, cereales integrales.
Vitamina E: es el mejor antioxidante para la piel y el pelo. La encontramos en los frutos secos, aceite de oliva, semillas activadas y molidas, palta, cereales integrales.
Vitamina C: es un potente antioxidante, presente en frutas cítricas, kiwi, frutillas, pimientos, brócoli, melón.
Vitamina B6: abunda en frutos secos, legumbres, cereales integrales, carnes, pescados. También se puede incorporar a través de la levadura nutricional o el germen de trigo. Ayuda a evitar la caída del pelo y estimula su crecimiento.
También existen algunos superalimentos que no pueden faltar: la cúrcuma, el cacao puro y el kale.
Es fundamental que centremos nuestra alimentación en alimentos reales, integrales, provenientes de la naturaleza; que comamos con atención plena, saboreando bien cada bocado, disfrutando. Pero además, que aprendamos a disminuir el consumo de sustancias estimulantes (café, alcohol, azúcar), tomemos dos litros de agua por día, y descansemos bien (durante las horas nocturnas se produce la mayor reparación y regeneración celular). Recordemos que el autocuidado, desde una visión holística, consiste en integrar nuestro ser y nutrirlo a través del cuerpo, la mente y el alma. Por nuestra salud general y la de nuestro pelo.
#NaturalicemosLaCaida
Fuente consultada: Elisa Chapado, licenciada en nutrición. Especialista en nutrición holística y consciente. IG: @elisachapado